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martes, 15 de noviembre de 2016

¿A que has venido?

¿Has tenido la sensación de que has venido al mundo para algo más? ¿No has sentido dentro tuyo que algo no es como debería ser? Algo dentro de nosotros nos llama y nos quiere decir que la vida, es mucho más que esta realidad en que habitamos. Cuándo nos remontamos a nuestra infancia, tal vez no podamos dejar de pensar lo hermoso y asombroso que era el mundo que nos rodeaba, incluso más de una vez se nos llenaron los ojos de lágrimas ante lo que lográbamos contemplar; incluso en la adolescencia, solemos tener muchas experiencias que nos deslumbran, pero con el tiempo cuando comenzamos a crecer poco a poco dejamos de hacerlo.Aun así muchos de nosotros seguimos el camino, pero en nuestro ser  permanece esa inquietud, algo qu¿A que has venido al mundo?e nos inquieta, es como que si la vida que llevamos no es la que realmente debería ser. ¿Por que es esto? en nuestro andar, poco a poco olvidamos que nosotros vinimos a hacer lo que nos hace feliz, y eso que nos hace feliz ya nos resulta muy difícil recordarlo; ya sea por rutina o por vorágine de lo cotidiano, perdemos la perspectiva.
Volver al inicio, no es abandonar a todo, es recordar que tipo de experiencias llenaban tu ser, descubrir que tipo de cosas te robaban una sonrisa, nos ayudarían a curar esa sensación de vacío para luego volver a experimentar nuevas situaciones y re-experimentar el asombro.¿A que has venido al mundo?Mirar con los ojos de un niño no significa ser un inmaduro, más bien quiere decir que estemos predispuestos a dejarnos asombrar, con la sonrisa de un niño, con la brisa de la mañana, con el caer del sol, con los distintos tonos del cielo, con la gente que viene y va.¿A que has venido al mundo?Muchos de nosotros, conocemos personas, luego a nuestra pareja, tenemos hijos, y al mismo tiempo conseguimos nuestro primer trabajo, en el cual podemos permanecer todo la vida o no. Es allí donde nuestra rutina comienza a nublarnos, y dejamos de notar la belleza que hay a nuestro alrededor, ya no vemos todo como la primera vez, ya no recordamos que nos movilizaba y comenzamos a ponernos objetivos ajenos a nosotros, objetivos que tal vez nos alejan de nuestro ser.Volver a nuestro objetivo no es difícil, simplemente tenemos que comunicarnos con nuestro ser interior; tomémonos un tiempo para hablar con él, a la mañana, durante la noche, viajando, donde sea, comunicarse con él es el primer paso; luego debemos permitir que este se exprese, y que en cada amanecer pueda expresar el asombro, contemple su renacimiento diario, ver cada día con los ojos de un niño.
¿Tu que opinas?

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