ay veces que las pequeñas calamidades de la vida nos superan, en esos momentos no comprendes muchas cosas que te suceden, y no llegas a apreciar si es una pesadilla vivida o que es; tuve una desgracia hace unos días, y el momento de desesperación que se podía sentir era aterrador. Cuando era pequeño era común que me asustara con rayos o lluvias copiosas, o con invasión de nubes de mosquitos en mi casa, o fuertes días de calor, incluso recuerdo más de una vez haber gritado -"¡¡Es el fin del mundo!! ¡¡Nos vamos a morir todos!!"-y corría espantado por toda la casa; recuerdo como mi madre me tomaba en brazos y me apretaba fuertemente tratando de calmarme, aun contra mi voluntad, me sostenía con fuerza hasta que lograba calmarme. Aunque ya no suelo asustarme como entonces, cuando la naturaleza demuestra su furia sigue inquietándome, sigo teniendo la necesidad de gritar y correr, pero ya no lo hago; no es la primera vez que me enfrento de cerca a las calamidades de la naturaleza, y también sé que no soy la única persona en el mundo que la ha padecido, incluso a veces suelo compararme con esas personas que sufren terremotos, huracanes y tsunamis y claramente me doy cuenta que ni siquiera estoy cerca de una calamidad. Pero aun así lo que nos desespera no es la gravedad del desastre, sino lo extraordinario de la eventualidad.
Calamidad extraordinaria
Hace una semana aproximadamente que había llovido en casa, la desesperación fue normal, es decir preocuparnos por que el agua no entrara a casa, y se arruinen los muebles, ver todo el patio cubierto hasta treinta centímetros del suelo y empujando los sacos de arena que colocamos detrás de la puerta para que no ingrese al interior el agua, es un panorama aterrador, principalmente cuando no sabes hasta donde es capaz de subir el nivel del agua, por suerte, el susto suele disiparse cuando la tormenta y la copiosa lluvia llegan a su fin, y el agua de a poco comienza a bajar. El problema principal del lugar donde vivo no se debe a que este cerca del cauce de algún rió, laguna o arroyo, se debe a la mala planificación de obras de la ciudad donde vivo. Ocurre que hace muchos años los vecinos del lugar fueron comprando y colocando caños para el cruce de calle de las aguas de lluvia, he incluso en anteriores gestiones de gobierno se habían creado bocas de tormenta, donde desagotaba toda el agua, aunque eran calles de tierra, el agua no se estancaba; un día la municipalidad decidió que los vecinos merecían ya no más sufrir el barro de las calles, por lo que consiguió que la provincia les diera un préstamo con el cual contrataron una empresa que se encargaría del trabajo, pero como no alcanzaba para realizar asfaltos, se decidió empedrar todas las calles que le fuesen posible, y fue así, al final de la obra notamos que claramente las calles fueron realizadas a nivel, que todas las calles tratan de mantener la caída o las subidas correspondientes, pero lo que no contemplaban estas obra es que muchas de las casas que ya existían quedarían por debajo del nivel de estas, y lo otro que tampoco contemplaron fue destruyeron todas las obras hechas por los vecinos, destruyeron sin reparar cientos de bocas de tormentas, por lo que ahora en muchos lugares donde jamás se sufría inundaciones, ahora las casas quedan bajo el agua.Calamidad extraordinariaEra domingo por la madrugada, no había dejado de llover en todo el día, a sabiendas que ya había llovido la semana anterior y el suelo aún se encontraba húmedo por la cantidad de agua recibida, supuse que íbamos a padecer de nuevo una inundación, de manera que trate de quedarme despierto todo lo posible para controlar la casa, cada tanto salía a observar el nivel del agua del fondo de casa y asomaba la cabeza por la venta del frente para ver el nivel de la calle. Si bien lloviznaba copiosamente, aun la situación no era alarmante, por lo que para poder continuar despierto me puse a escribir un nuevo artículo, y alternaba entre la escritura de mi artículo y curiosear el Facebook, más que nada trataba de vencer al sueño; en un momento me concentre tanto en que no note cuando comenzó a llover intensamente, y justo en el momento que termine el artículo, decidí salir de la habitación para tomarme un té, sentí el ¡plaf! del chapotear de mi pie y como una fría sensación se apoderaba de mi pie, era evidente el agua había logrado entrar a la casa, llame a mi mujer insistentemente hasta que se despertó, le dije -"mi amor, entro agua a casa"- se despertó asustada y salió de la cama de un salto para colocar los pies sobre el suelo, y comprobar como yo que el agua efectivamente había entrado a la casa, me dijo -"pero esta todo lleno de agua"-, por lo que me di cuenta que aún estaba dormida cuando reacciono y que el agua en sus pies la había despertado, -"si mi amor, vos seguí durmiendo que yo me encargo del agua"-, en realidad no quise despertarla, pero es lo normal que cuando ves una situación de esa manera quieras llamar a toda la familia; por suerte ella pudo volver a dormir, y yo note que al menos por un momento la lluvia había cesado, de manera que acomodo nuevamente los sacos de arena, en la puerta de tal manera que ya no filtrara el agua, seque los pisos lo más que pude y de repente escuche que volvía a llover, pero esta vez torrencialmente, note que ya los suelos no soportaban tanta agua, y comenzaba a filtrar agua por las uniones del suelo y las paredes, los zócalos, así que esta ves volví a llamar a mi mujer, pero esta vez para avisarle que ya era imposible combatir el agua, solo quedaba desenchufar todas las cosas eléctricas y levantar todo lo que se podía del suelo para que no se arruine, y así fue que lo hicimos. Al terminar la tarea solo nos quedó volver a la cama y tratara dormir, el agua en ese momento ya nos tapaba el empeine de los pies.Calamidad extraordinariaA las 5 de la mañana se me cae el brazo de la cama (es una cama de aproximadamente 30 cm de alto), y se sumergió completamente dentro del agua, esta aún no había mojado el colchón, pero había subido notoriamente, sacudí suavemente a mi señora llamándola, -"amor, amor" subió el agua, en mi mente la idea de culpabilidad había comenzado a atormentarme, por supuesto que ella se levantó desesperada al notar que toda la casa ya se encontraba inundada, y es inevitable notar como la desesperación se apodero de su ser; yo por mi parte me levante suavemente resignado a esta altura porque sabía que quitar toda esta agua ya no sería posible, suspire profundamente y le dije, -"ya esta no hay nada que hacer, tranquilízate"-, giro sobre su cintura y me observo y noto mi resignación, y mientras yo me levantaba y me dirigía hacia la ventana para observar la calle me siguió con su mirada, cuando llegue me dijo, -"¡¡Todo, todo se arruino!!"-, no hice mucho caso de su lamento, mire la calle y note que el agua lo había sobrepasado todo, la calle ya no se veía, era un solo espejo de lado a lado de la calle, no había veredas, ni zanjas, nada, todo era una sola masa de agua, todas las casas tenían agua en su interior, ahora no sucedía como otras veces donde solo nuestra casa se encontraba bajo el agua, ahora todos los vecinos padecían como yo, en algún punto lo disfrute, porque cuando a mí me sucedía las veces anteriores, ellos solo se limitaban a mirar por la ventana mi sufrimiento, ahora ellos compartirían el dolor que tanta veces sentimos al arruinarse mi hogar; todos los vecinos salieron desesperados a la calle, todos querían hacer algo para sacar como fuere el agua de su casa, algunos comenzaron a cavar tratando de destapar las alcantarillas, otros hacían barricadas , tratando de evitar que el agua continuara ingresando, otro simplemente lloraban y yo solo observaba con completa resignación. desde el día anterior que llovía, pero era la primera vez que no dejaba de llover, desde que me levante a las 5 de la mañana y me encontré con toda el agua dentro de casa que no dejaba de llover, el agua no bajaba, no fue como otros días que el agua en 4 o 5 horas ya había bajado, eran las doce del mediodía y nadie sabía ya más que hacer, el agua invadía, todo, los vecinos comenzaron a juntarse, en medio del agua y ver que podían hacer como se encontraban si llamar a los bomberos, evacuarse o que hacer; claramente todos sabíamos que no éramos los que se encontraban en peor situación incluso muchas veces hemos llamado a los bomberos y ellos nunca respondieron al llamado de socorro, pues sinceramente que podrían hacer en esta situación más que trasladarnos a un lugar seco, la casa de todas manera igual continuaría inundada, y era eso lo que realmente importaba, la estructura de los hogares estaba siendo afectada, la casa que fue construida con tanto sacrificio, comienza a arruinarse, así que la evacuación no es una opción; no queda otra cosa que hacer más que rogar al cielo que el agua deje de caer.A las 5 de la tarde por fin dejo de llover, el agua por suerte no había subido más de 10 centímetros con respecto de la mañana, logramos salvar bastantes cosas poniéndolas lejos del alcance del agua, pero aun así la pena continuaba, no volvió a llover,pero el agua no se iba, eran las diez de la noche y algunos vecinos aun continuaban con las bombas centrifugas y de desagote de pileta tratando de desagotar sus casas; fuimos a algunos vecinos a preguntarles si cuando terminen nos las prestarían para desagotar la nuestra, pero las respuestas fueron , que tenían que ir a la casa del hijo, del pariente o de alguien más a desagotar primero, o que no era de ellos que era prestada o los más sinceros un rotundo no directo, lo terrible de esta situación es que la única casa que no desagotaría hasta que todas las demás estuvieran completamente sin agua era la nuestra, pues los problemas económicos, causan que los arreglos necesarios para solucionar necesario cuestan demasiado dinero, por eso solo recurrimos a sacos de arena, por falta de dinero. A las doce de la noche se dejaron de escuchar las bombas, así que supusimos que las demás casa habían dejado de tener agua en su interior, habíamos estado todo el día intentando de alguna manera crear diques contenedores con tierra, pero aunque lográbamos que el agua del exterior no volviera a ingresar por el frente, no podía evitar que se filtre por la medianera o las cloacas, así que ya estaba cansado para la hora que por fin los vecinos estaban secos, , incansablemente continuamos junto a mi mujer tratando de sacar el agua de muestra casa, pero era una cantidad increíble, y sin una bomba parecía una tarea eterna, aunque el agua bajaba, tratábamos que no retornara por lo que no desasíamos los diques, acarreábamos el aguan en baldes de 20 litros, pero ya el cansancio nos vencía, al vernos excedidos consideramos mejor realizar un dique en el fondo dividiendo el agua que de allí venia, y pusimos otro pequeño en el baño de manera que quedo clausurado, y aunque ya no usaríamos el baño, al menos trataríamos que el resto de la casa pudiéramos quitar el agua para poder descansar. quitamos primero el agua del comedor, luego el de la cocina, a medida que lo hacíamos el nivel del resto de las habitaciones disminuía, cuando logramos por fin secar los ambientes eran como las 5 de la mañana ya hacia 24 horas que permanecíamos despiertos y estresados, por la situación, la sensación era como la de haber corrido una maratón de muchísimos kilometros. Caimos rendidos en la cama rogando al cielo que ya no volviese a llover. ¿El resto del agua? espero que no volviese a entrar, ya no dabamos más.
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Calamidad extraordinaria by Guillermo David Nieto is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://eldespertardelossuenos.blogspot.com.ar/2014/11/calamidad-extraordinaria.html.
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