Hace algún tiempo llego a mí una fábula que me pareció muy interesante he inspiradora, EL BUSCADOR de Jorge Bucay, aunque sé muy bien que son muchos los críticos de este escritor, no voy a poner en discusión su originalidad, si no que quiero rescatar lo inspiradora que es esta historia.
Cuando la vi por primera vez esta historia primero quede maravillado ante esta historia, "El buscador" es aquel que llevamos dentro, aquel que no necesariamente encuentra, pues a mi parecer nuestra capacidad de estar continuamente buscando la felicidad es lo que nos une aquí. Otro detalle que ame de esta fábula fue el la costumbre de las personas de la ciudad de Camir de llevar una libretita donde en ella anotan el tiempo exacto que duraron los momentos de felicidad, obviamente que también me entristecí como cuenta que le ocurrió a "el Buscador" cuanto llego al cementerio y pensó que quienes estaban eran todos niños, pero por supuesto luego que el cuidador del lugar le aclaro cual era la costumbre de los habitantes de ese pueblo es natural llenarse de regocijo. Que pequeño detalle ¿verdad?, algo que todos nosotros lo damos por sabido, algo que todos suponemos que debería ser lo más obvio y solo tomamos cuenta de lo importante que es recordar nuestros hermosos momentos a través de un simple ejercicio: anotarlos en una libreta. Muchas veces nos cuesta horrores poder notar valorar y recordar nuestros momentos felices en nuestras horas más oscuras, pues bendito sea aquel que jamás hubiese tenido uno de esos, pero para el resto de nosotros, que hermoso es poder tener presente estos momentos maravillosos, esos momentos de dicha donde todos recordamos que no solo no estamos perdidos, si no que jamás lo estuvimos.
Hace un tiempo tuve la oportunidad de hablar con un amigo que el destino quiso que hoy estuviéramos lejos, pero por suerte la tecnología nos une, donde inocentemente hice un comentario con tono triste de mi parte, "haz hecho lo que no me he animado", a lo que él me respondió, "a veces debes actuar más y pensar menos", claro está que este comentarios me hizo sonreír, pero aunque puedo hacer un análisis muy profundo de esta frase, solo quiero destacar el verdadero mensaje de esta conversación, "hay que seguir lo que nos dicta el corazón", pues el hizo su viaje a sabiendas que tal vez le podría haber ido mal, pero fue su amor a cumplir un sueño que simplemente se arriesgó a cumplirlo por la única satisfacción y recompensa de cumplir con una única directiva "Ser feliz" ¿se imaginan ustedes que plenos seríamos? Si deberíamos ser capaces de recordar todos nuestros momentos felices, deberíamos no solo recordarlos sino que motivar que haya muchos de ellos en nuestra vida, de manera que una si viviéramos en Camir no nos bastara con una simple libretita y nos ocupara varios tomos.
¿Y tu que opinas
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